¿Donde está la esencia?

Me preguntaba donde estaba mi esencia, eso que me permite saber que soy el que era ayer, y el que seré mañana, eso que tememos que se pierda después de que morimos, eso que los cristianos llaman alma... ¿Será mi cuerpo? no lo es, porque mi cuerpo se renueva en cada segundo, mis células mueren y nacen como las burbujas en el agua en ebullición, ¿Será mi ADN? no, porque el tener hijos o clonarme no me duplicará, sólo hará a otro ser parecido. ¿Será la información que guardo en mi cerebro? no lo creo, porque podría perder la memoria si recibo un golpe contundente y éso no hace que yo desaparezca... ¿Donde está? Ha, ¡creo que lo tengo!, tal ves yo no soy el mismo siempre, tal ves no soy el mismo que cuando empecé a escribir éste pensamiento, la esencia está en la energía que fluye por cada milímetro de mi carne, cuando esa energía entra en mi cuerpo se confunde y piensa que es inmutable, teme perder su identidad y se aferra a la materia, pero cuando sale por su propia inercia se acuerda que sólo era energía... Si eso debe ser, ahora la pregunta ¿Tenía conciencia esa energía? esa energía es la misma que le da brillo al sol y a las estrellas, movimiento al agua del rió y a las olas del mar, calor al fuego y verdor a las plantas, dureza al diamante y suavidad al algodón, yo no lo sé, pero creo que esa energía es capaz de pensar, crear y amar.