Creo firmemente

Yo creo que todos los seres humanos sólo necesitamos dar y recibir amor, cubrir nuestras necesidades fisiológicas básicas y paz interior. Creo que en el planeta tierra y en el corazón del hombre está todo lo necesario para poder desarrollar un mundo en el que todos los seres humanos tengan lo que necesitan y sean plenos. Creo que la felicidad debe ser reducida a éstos principios fundamentales.
En mi sociedad occidental actual, es bastante difícil poder visualizar una vida así, puesto que hay tanta mercadotecnia, desinformación, maldad, odio, envidia y ambición, que muchas personas no pueden ni siquiera imaginarse un mundo así.
Es urgente un cambio en el corazón de los hombres. Toda la maldad surge de la ausencia de amor, alimento, paz social, agua, techo, orientación ética o incluso varios de éstos problemas. En otras palabras si todos los hombres comprendieran que pueden conseguir lo que necesitan y ser feliz sólo con eso, trabajaran para cubrir no sólo sus necesidades sino también la de los demás seres humanos, el mundo sería un lugar de prosperidad, bien, abundancia y amor.
El culto al Ego es el peor mal del ser humano, con ello me refiero a que cada ser humano sólo está buscando su supuesto bienestar, atribuyendo a objetos superfluos la felicidad y pisoteando a sus semejantes para obtenerlo, sufriendo por no entender que lo que requiere es tan simple y por no dedicarse a aquello que realmente le dará felicidad.
Cada hombre debe de comprender que la felicidad está en la unidad, en la comunión y el amor. Nadie puede vivir aislado de su sociedad, y ninguna sociedad en la que cada uno de los individuos compite por su comodidad puede ser prospera. La individualidad es sinónimo de destrucción y ruina.
Comprender éste mensaje requiere no sólo leerlo, si no que entraña un profundo secreto, no existe nada más halla que el amor del hombre a sus hermanos. No es necesario nada más. Ese amor es Dios.
Dios es una fuerza muy poderosa, dadora de comprensión, felicidad y paz. Aparta de ti todo el misticismo y todo el temor, porque lo que no se puede saber, no se sabrá y lo que sí puede, en algún momento será revelado. Creo firmemente, que el amor es tan poderoso, tan viral y tan mágico, que el mundo está destinado a servirle,  pero también estoy convencido de que soy un instrumento del amor, y como tú, somos indispensables para que el ser humano al fin despierte. Por eso me esmero tanto en escribirte, por eso no descansaré hasta que la muerte me llame o hasta que tu también estés convencido, no se trata de entender, sólo de sentir.