xibalba

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martes, 21 de enero de 2014

Napiniaca



Cuenta una leyenda que hace algunos milenios existió una ciudad de hombres y mujeres sabias.
En ésta ciudad no habían reyes ni gobernantes, porque no se necesitaban, todos se entendían y se ponían de acuerdo con mucha facilidad, esto ocurría porque en esa ciudad gobernaba la ley del amor al prójimo.
Los hombres de esa ciudad eran llamados “los acajay”, ellos enseñaban a los niños sus valores morales y eran muy rigurosos para llevarlos a cabo porque estaban convencidos de que sus vidas no eran suyas sino de Kia (Nombre femenino de Dios), y por lo tanto ellos no eran hombres libres, eran hijos del bien.
En Napiniaca todas las personas se preocupaban por los demás y siempre estaban pendientes de las necesidades del pueblo. Cuando se requería más alimento, muchos hombres se ofrecían a trabajar para alimentar a sus hermanos. Cuando hacían falta más cobijas, más mujeres se acercaban a los telares a tejer.
Los acajay no poseían nada como individuos, si no que todos los bienes eran del pueblo. Compartían el lugar donde dormir, la comida, el agua, las obras de artes, las responsabilidades y la educación.
Los hombres y las mujeres acajay formaban parejas temporales para procrear o para explorar sus lívidos sexuales, pero después se separaban, no se preocupaban por criar a los niños en pareja, porque los hijos eran hijos de Napiniaca e hijos de Kia.
En Napiniaca no había morbo, amor en pareja, ni homosexualidad, ni pederastia, no había flojera, ni esclavitud, ni divisas como el dinero. No había ricos ni pobres, ni envidia, ni odio.
Todos los acajay eran hermanos. Algunos escribían, otros esculpían vasijas o pintaban, otros aprendían la magia y la alquimia. Había diversas actividades para divertirse y aprender en su cultura.
Cuando alguien ofendía a otro, se disculpaban y no había rencor ni maldad. En Nanipiaca no había tristeza ni enfermedad que durara mucho tiempo porque los acajay atendían a sus hermanos cuando tenían algún problema y curaban las enfermedades con sus avanzados conocimientos de plantas y hongos medicinales.
Los acajay eran pacíficos con los reinos circundantes, y los trataban como sus iguales. Invitaban a los extranjeros a formar parte de su cultura, éstos se sentían felices en Napiniaca y se quedaban a vivir allí.
Napiniaca fue destruida por ejércitos de hombres perversos que temían que la sabiduría de los acajay se desparramara a los habitantes de sus reinos y que perdieran todo su poder. Pero la sabiduría practicada allí sigue rondando en la memoria colectiva de la humanidad y esa ciudad algún día regresará, y todo el mundo se convertirá en un acajay.

1 comentario:

  1. Es una leyenda??? O sea que NO ES VERDAD, SOLO FICCIÓN. No hay necesidad de mentir o inventar "leyendas" . Es mucho mejor la verdad... la filosofía.

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