Cuenta una leyenda que hace algunos
milenios existió una ciudad de hombres y mujeres sabias.
En ésta ciudad no habían reyes ni
gobernantes, porque no se necesitaban, todos se entendían y se ponían de
acuerdo con mucha facilidad, esto ocurría porque en esa ciudad gobernaba la ley
del amor al prójimo.
Los hombres de esa ciudad eran
llamados “los acajay”, ellos enseñaban a los niños sus valores morales y eran
muy rigurosos para llevarlos a cabo porque estaban convencidos de que sus vidas
no eran suyas sino de Kia (Nombre femenino de Dios), y por lo tanto ellos no
eran hombres libres, eran hijos del bien.
En Napiniaca todas las personas se
preocupaban por los demás y siempre estaban pendientes de las necesidades del
pueblo. Cuando se requería más alimento, muchos hombres se ofrecían a trabajar
para alimentar a sus hermanos. Cuando hacían falta más cobijas, más mujeres se
acercaban a los telares a tejer.
Los acajay no poseían nada como
individuos, si no que todos los bienes eran del pueblo. Compartían el lugar
donde dormir, la comida, el agua, las obras de artes, las responsabilidades y
la educación.
Los hombres y las mujeres acajay
formaban parejas temporales para procrear o para explorar sus lívidos sexuales,
pero después se separaban, no se preocupaban por criar a los niños en pareja,
porque los hijos eran hijos de Napiniaca e hijos de Kia.
En Napiniaca no había morbo, amor en
pareja, ni homosexualidad, ni pederastia, no había flojera, ni esclavitud, ni
divisas como el dinero. No había ricos ni pobres, ni envidia, ni odio.
Todos los acajay eran hermanos.
Algunos escribían, otros esculpían vasijas o pintaban, otros aprendían la magia
y la alquimia. Había diversas actividades para divertirse y aprender en su
cultura.
Cuando alguien ofendía a otro, se
disculpaban y no había rencor ni maldad. En Nanipiaca no había tristeza ni
enfermedad que durara mucho tiempo porque los acajay atendían a sus hermanos
cuando tenían algún problema y curaban las enfermedades con sus avanzados
conocimientos de plantas y hongos medicinales.
Los acajay eran pacíficos con los
reinos circundantes, y los trataban como sus iguales. Invitaban a los extranjeros
a formar parte de su cultura, éstos se sentían felices en Napiniaca y se
quedaban a vivir allí.
Napiniaca fue destruida por
ejércitos de hombres perversos que temían que la sabiduría de los acajay se
desparramara a los habitantes de sus reinos y que perdieran todo su poder. Pero
la sabiduría practicada allí sigue rondando en la memoria colectiva de la
humanidad y esa ciudad algún día regresará, y todo el mundo se convertirá en un
acajay.
Es una leyenda??? O sea que NO ES VERDAD, SOLO FICCIÓN. No hay necesidad de mentir o inventar "leyendas" . Es mucho mejor la verdad... la filosofía.
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