Todo lo podrido de la sociedad no se le puede atribuir a alguien, por más rico y poderoso que sea, porque este sería producto de la misma.
Todas los hombres perversos y malvados, no pueden ser juzgados como seres aislados, porque también son producto de la sociedad en su conjunto.
Creer que somos independientes e ignorar nuestra responsabilidad no nos exime de la misma, pero tampoco nos hace culpables, porque nuestras decisiones son también producto de nuestra vida.
Saber que eres capaz de cambiar tu vida, de ser feliz y mejor, y no hacerlo, es sólo tu responsabilidad después de que leas esta factura.
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