xibalba

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sábado, 9 de noviembre de 2013

Una aproximación a la teoría del UNO.

Todo lo escrito en éste documento son hipótesis.
Aparentemente existe un gran salto entre la materia inerte y la materia vida, incluso, entre lo vivo y lo inteligente. La ciencia ha avanzado un camino difícil pero contundente en el entendimiento del universo pero aún le falta mucho por recorrer.
Actualmente está comenzando a entrar en boga el discurso de la interdisciplinariedad de la ciencias, debido a que se ha vuelto evidente que al profundizar en el estudio de cualquier parte del universo, las disciplinas que estudian fenómenos cercanos comienzan a llegar a los mismas conclusiones, tal es el caso de la física y la química a nivel cuántico, la química y la biología a nivel macromolecular, la biología y la etnología en la etología. Esto sucede porque la realidad es una entidad indivisible y el ser humano tiende a dividir los sucesos para su estudio.
Un gran reto actual es la unión de las ciencias sociales y naturales, y otro aún mayor, es el enlace entre lo espiritual y lo matemático. La complejidad del trabajo implica un conocimiento suficientemente basto en ambos. Una analogía al estudio humano del universo, es la de varios grupos de mineros intentando llegar al centro de una montaña haciendo agujeros en diversos puntos de la misma, en algún momento se cruzan los caminos de dos de ellos, pero más importante aún es que se encuentren todos con el centro de la misma. De la misma manera la humanidad camina hacia un solo propósito, comprender quien es ella.
El punto crítico en el que se encuentra la barrera entre una ciencia y otra está en una entidad muy particular, el ADN. El ácido desoxirribonucleico contiene la información y el sistema operativo para la construcción de todos los seres vivos conocidos, incluido el ser humano.
La comprensión del funcionamiento del ADN se encuentra en la física cuántica, su descripción en la química, su aplicación en la biología, y sus consecuencias en la filosofía y las ciencias sociales, la pregunta del millón es ¿Dónde está su causa?
En otras palabras ¿De dónde viene?, los genéticos son muy soberbios igual que todos los científicos de las disciplinas exactas al pensar que al conocer algunos procesos para interactuar con el ADN, ya son expertos en la materia. Lo cierto es que la ciencia es empírica, y aunque los modelos ideales permiten una aproximación de la realidad, jamás abarcarán las variables completas, no porque el universo sea caótico, sino porque la realidad es muy distinta al modelo en cuestión. Con el ADN ocurre lo mismo, no es una entidad que pueda ser construida y que funcione tal como lo hace mi computador, los procesos biotecnológicos  se asemejan más a un domador violento de caballos.
Los átomos son muy conveniencieros, siempre buscan la comodidad, tienes que irritarlos de alguna manera, sea radiándolos, electrocutándolos, calentándolos o haciéndolos vibrar con ultrasonido, para que se levante de su lugar y busquen como reacomodarse y quedar nuevamente cómodos para descansar. Extrañamente algunas estructuras atómicas como los ARNs tienen una habilidad extraordinaria, aprenden. Suena extraño pero un virus no es más que un arreglo de átomos de apenas algunos nanómetros, que permanece inactivo hasta que entra dentro de un huésped, entonces da órdenes (mediante reacciones químicas), toma el control de los mecanismos vitales de una célula y finalmente se multiplica, y en el transcurso del proceso, modifica la información que contiene, muta y se adapta para sobrevivir, como una respuesta coherente a las circunstancias que lo rodean, “parece como si fuera inteligente”. De hecho, por definición, si algo, lo que sea, aprende, es inteligente. Algo no parece estar bien aquí, ¿cómo puede un virus ser inteligente si es simplemente un conjunto de “cosas” llamadas átomos?
El problema del aprendizaje del ARN está también presente en todos los seres vivos, en forma de un conocimiento conocido como instinto. En los animales se traduce a algo más complejo, que involucra reacciones químicas en su cerebro, pero siguiendo el rastro llegamos a que el instinto se nutre de información almacenada en ADN, es decir, el ADN también se comporta como una “cosa” que aprende, discrimina información y responde coherentemente. El ser vivo puede no ser inteligente, porque él solo responde a los estímulos con la información que contiene el ADN, pero ese ADN sí que lo es.
Basta con observar las flores que atraen a los insectos con el néctar, el hecho es intrigante porque “parece que a la planta se le hubiese ocurrido generar néctar para atraer al insecto” y un niño diría “Oh, que planta tan lista”, pero los biólogos saben que esa planta sólo está actuando químicamente, ¿Dónde está el responsable de ese acto de inteligencia?, muchos dirían que es la evolución, pero no podemos olvidar que la evolución es un suceso, desde el punto de vista del paradigma actual algo aleatorio, y pensar que el hecho de que cambios aleatorios en la planta le permitieron el desarrollo de esa característica, es ingenuo. Lo explico con la analogía siguiente, si ocurre un incendio en un edificio con cientos de personas dentro, y todas actúan aleatoriamente, y con esto me refiero a actuar de manera totalmente incoherente, como golpearse la cabeza contra la pared, todos morirían. La posibilidad de que en la aleatoriedad surja una reacción que asemeje un acto inteligente, es profundamente improbable, y la naturaleza lo hace con una frecuencia inconmensurable. Si analizamos la evolución como algo aleatorio,  comprendemos que hay un gran problema.
Tengo una hipótesis que a primera vista podría parecer torpe o sin fundamentos, pero explica con detalle el surgimiento de la vida y el proceso de evolución, y si bien es correcta, también podría desembocar en experimentos interesantes y un nuevo paradigma de las ciencias naturales y exactas, incluso de las más profundas preguntas filosóficas incluyendo aquellas que se relacionen con la posibilidad de una supra-conciencia que todo lo anima.
El ADN posee un tipo de inteligencia que se expresa en forma de los instintos. ¿Cómo funciona? El ADN tiene algún medio de almacenamiento de información pre-meiosis, discrimina la información, la razona y responde, imprimiendo el resultado en sí mismo en el proceso de reproducción del individuo del cual forma parte, de tal forma que el nuevo individuo tiene una nueva ventaja con respecto a su antecesor. El individuo sólo es la armadura, el vehículo y los medios de preservación del ADN, él es quien manda,  quien piensa y quien toma las decisiones. La comunicación entre el ADN y el individuo fuera del proceso de reproducción se manifiesta de manera química. En el ser humano por ejemplo, cuando al ADN de alguien le gustaría reproducirse con el ADN de otro ser humano, inmediatamente se lo hace saber, el individuo sólo percibe el mensaje como deseo sexual.
La inteligencia del ser humano es extremadamente similar a la del ADN. De hecho la mayor parte de los seres humanos viven obedeciendo a su ADN, sus mensajes son bien conocidos como “Buscar el placer del momento”.
Hablando físicamente ¿Cómo puede una molécula poseer inteligencia?, desde el paradigma de la física cuántica actual es imposible. Sin embargo los modelos actuales que estudian las dinámicas entre las nubes electrónicas de los átomos en una molécula, tienen una gran similitud con las sinapsis del cerebro humano. Además el comportamiento de los átomos muestra que tienden al equilibrio cuántico, en otras palabras intentan sobrevivir y reaccionan de manera específica a diferentes interacciones, “como si supieran de qué manera acomodarse para encontrar el equilibrio”, es decir “actúan como si tuvieran información” como si poseyeran instintos. No estoy seguro en qué nivel inicia, pero dichas partículas, podrían estar regidas por el mismo tipo de inteligencia que los organismos vivos más simples.
Es posible que el fenómeno de la inteligencia ocurra con mucha frecuencia en los diferentes  universos de tamaños, es decir, no sería una sorpresa que la galaxia tuviese inteligencia basada una especie de sinapsis en los fluidos que conforman su magneto-hidrodinámica.
Desde el punto de vista de la psicología ésta hipótesis permite comprender al instinto. En el budismo el hombre tiene que vencer al hambre haciendo ayunos, debe dominar todos sus instintos, esto se traduce a dominar a la inteligencia persuasiva del ADN, la inteligencia humana debe en éste caso ser superior a la “inteligencia genética” por denominarla de alguna manera. Definitivamente no cualquiera logra que este evento ocurra. Los seres humanos viven principalmente del placer del momento y operan lógicamente para la voluntad de su ADN. Por otro lado el dominio del deseo como tal es algo inusual y muy ligado a las doctrinas religiosas, ¿Por qué? ¿Tiene una relación lineal?
Dentro del mismo budismo se habla de un cambio biológico al conseguir el dominio del instinto. Si fuese cierta dicha afirmación, podemos inferir que si bien el ADN puede auto modificarse como resultado de una acción consiente del mismo, y nosotros somos capaces de domesticar dicha conciencia, entonces, nosotros podemos indirectamente modificar nuestro ADN. Esto coincide con lo que en varias religiones se denomina “Iluminación” o “Santificación”. Se trataría de un proceso complejo, dominar al ADN, modificarlo, y posteriormente éste cambió se traduce a un cambio a nivel biológico, que es perceptible fisiológicamente. El secreto está en órgano que facilita la comunicación entre el ADN y nuestra conciencia, estamos hablando de las glándulas principales, la hipófisis, la pituitaria y el hipotálamo.  Los mecanismos son químicos, no estamos hablando de una manipulación del ADN mediante hilos telepáticos o algo por el estilo, sino de algo tangible y susceptible de medición, y no digo que yo lo haya realizado, porque es una hipótesis, es una invitación a realizar los experimentos sensatos.
Es un hecho que tenemos millones de cadenas de ADN idénticas en nuestro organismo, una en cada célula, ¿Cómo pueden ser cada una inteligentes? ¿Cómo pueden coordinarse? Suena raro preguntárselo, pero es como se todas actuaran como una, porque, finalmente todas son clones de una, y eso no significa que haya una original, si no que todas confían en todas y trabajan en conjunto. En caso contrario se hablaría de una célula rebelde, o mejor conocida como cancerígena. Finalmente una célula con cáncer es aquella que se niega a obedecer al sistema endocrino y se reproduce cuando quiere, y hace lo que se le antoja. Quiero llegar al punto en que, las cadenas de ADN de nuestro cuerpo, tienen una especie de convenio o conciliación, que se puede romper. Dicha conciliación traspasa al individuo y se manifiesta en la familia y en otras entidades sociales.
Las relaciones entre seres humanos están estrechamente ligadas con sus sistemas endocrinos, con la liberación de feromonas, es decir, una amistad entre dos seres humanos podría estar mediada por la inteligencia de sus ADNs y esto es algo también tangible.
En una sociedad ocurren eventos complejos como el hecho de que un individuo sea líder o sea alguien que sigue al líder, eventos mediados por el temperamento del individuo, que proviene de su información genética, es decir, la sociedad humana podría estar tan influenciada por la inteligencia genética, de una manera más directa y compleja de lo que podemos imaginar, eso explicaría el racismo y otros eventos discriminatorios que salen a la luz en los momentos en los que el pensamiento humano es frágil, como en una guerra.
Concluyo exhortándolos a abrir la mente, a la posibilidad de que no exista  orgánico e  inorgánico, consiente o inconsciente, sino que lo único que  realmente existe es inteligencia.

2 comentarios:

  1. Disculpa que sea metido, vi tu publicación y no resistí las ganas de hechar un vistazo en tu escrito...
    Me gusto demasiado...

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