Ser un hombre implica poder pensar; preguntarse si existes; dudar de que lo que haces tiene algún sentido; soñar que eres otra cosa; imaginar un futuro feliz; llorar cuando algo se termina; gritar y reír cuando el corazón te lo pide; esperar al amor aunque ya lo tengas; mirar al cielo y sentirte admirado por su tamaño; contemplar un insecto y compartir su pequeñez; olvidarse de que lo esperan que hagas en el instante siguiente cuando el anterior es agobiante; pedir perdón o jurar venganza; no comprender lo que no es conveniente; darle la espalda a quien amas y regresar para permanecer a su lado; tirarse a en un acantilado decepcionado o subir a las nubes impulsado por una ilusión… todo esto y mucho más es lo que significa ser un hombre, desde el momento en que naces, o en el instante que entiendes que morirás, porque cuando lo haces ya estás destinado a vivir una vida y ya no hay vuelta atrás.
Estoy seguro de que en algún momento decidimos estar en la tierra, aunque no lo recordemos; eso está escrito muy dentro nuestra alma, solo vale escucharla y darse cuenta de tantas cosas, que irremediablemente volveremos a olvidar, aunque es valioso memorizarse un mensaje que nos puede salvar de la muerte, la derrota, la enfermedad, la soledad, la tristeza, la traición y el miedo, este es “sufrir no tiene razón”.
Carlos Omar Gellida Coutiño
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