Golda

CAPITULO I

Estaba Golda resando, como siempre se había tirado de cunclillas y pedía perdón a Yahve, lloraba y resaba. En los ultimos tiempos Golda había sido un tipo muy humilde, honesto y trataba bien a sus hermanos, les compartía el alimento y los amaba aunque estos fuesen seres desgraciados que se la pasaban golpeandose e hiriendose a tal grado de arrancarse las carnes con el fin de conseguir la comida que caía tan exporadicamente de alguna parte del cielo de su mundo. Cada día Golda salía de su pequeña caverna y salía a caminar y a gritar bendiciones a todos los habitantes de los alrrededores, y despues de escuchar aquello todos se despertaban y salian a golpearlo con picas y trinches, y regresaban fastidiados a sus hogares, y aún así Golda se paraba todas las noches a recitar todos los salmos y pasajes aleatorios del Antiguo Testamento de las sagradas escrituras.
Un día que se hacercó a una de las muchas fluyentes de magma y se hacercó tanto que sentía que el calor le llegaba hasta los huesos, entonces el rio de fuego y rocas fundidas se volvió agua cristalina y fresca, completamente apetesible. Golda se hacercó y tocó el agua y vió que era buena y escuchó una voz que le dijo -Puedes beber toda el agua que puedas. Sacia tu sed que estás por iniciar un gran viaje- y Golda bebió mucha agua. Apareció entonces frente a él el Arcangel Gabriel, y este le pidió que lo acompañase, entonces el agua se abrió y quedó allí una grieta que emanaba luz y Gabriel y Golda entraron en ella.
Golda llegó pues al mundo de los hombres y Gabriel le dijo que Yahvé le había concebido libertad de hacer lo que quisiera y que tendría ahora una vida como la de los hombres y que sería juzgado junto con ellos el día del fin de los tiempos.
Golda comenzó pues a explorar el mundo donde había nacido y que no había visto desde el día del Gran Orden.
Llegó Golda a una pequeña aldea donde los techos de las casas eran de palmas y las paredes de adobe; había alrrededor de la aldera un lugar donde todas las plantas eran de trigo y no había allí ningún arbol ni arbustos de otra especie. Cuando Golda se hacercó a la aldea vió que había una manada enormes de ovejas muy gordas encerradas en un corral muy pequeño y observó como ninguna hacía el minimo esfuerzo por salir y se pregunto ¿Tan buenos son los hombres que los animales dejan como en la creación que los atrapen y los toquen?. Y se hacercó un muchachito y comenzó a gritar alarmado y rapidamente su padre salió de la chosa y salió vestido al igual que el niño, con una ropa muy complicada hecha por trapos de deversos colores y texturas cortados con exactitud en lineas partes curvas. el hombre sacó una extraña arma, un palo de metal muy delgado y con una punta muy filosa al igual que su costado y que era sujetada por uno de sus lados que tenía el tamaño perfecto para coincidir con la mano del hombre; El sujeto se hacercó a Golda y empezó a hablar en una extraña lengua desconocida para Golda pero perfectamente comprencible y este ultimo respondió -Solo soy un pobre viajero, y busco comida y suelo para dormir, yo puedo trabajar con usted un tiempo hasta que encuentre un sitio donde levantar mi casa- y el hombre se quedó facinado con la lengua de Golda, que extrañamente le era completamente comprencible, también le maravilló lo grande que era este hombre y la belleza de su rostro, y al escuchar las humildes palabras aceptó y decidió adoptarle como su criado.
Golda estuvo con ellos siete meses, en los que aprendió a arar, a sembrar la semilla, a cortar la cocecha, a encillar al burro y a vender el trigo. Conoció Golda como eran los matrimonios, las fiestas, como tejían la ropa y afilaban las espadas. Y un día del septimo mes que trabajaba con su jefe le preguntó
-¿Porque trabajan para conseguir tanto trigo?- y el campesino contestó -Para vender el trigo y cambiarlo por oro
- ¿Y porque les dan tan poco oro por tanto trigo?- y el campesino respondió
- Porque el oro vale mucha más que el trigo-
- ¿Porque vale más?
- Porque sirve para hacer herramientas que nos permitan arar la tierra más rapido y más rapidamente, también sirve para hacer armas, y lo podemos cambiar por otras cosas menos valiosas, como otros tipos de alimentos y herramientas-
- ¡Eso no tiene sentido!. Para que queremos tener herramientas más eficaces si sacamos tanto trigo. además no nesecitamos muchas armas para defender nuestra tierra, y en caso de cambiar el oro por otras cosas en el mercado ¿No es mejor cambiar el trigo por las otras cosas?. Yo veo que el oro solo sirve para que nos lo quite ese tal rey con sus impuestos. ¿Porque nos quita el oro?
-Porque él es el rey y tiene derecho de cobarnos un impuesto- dijo el hombre con seguridad
-¿Porque tiene ese derecho?- Porque Dios se lo concedió
-¿Como lo sabes?- Me lo dijo mi padre
-Dios no concedería nunca derecho para robar a alguien, ni nosotros tenemos obligación de compartirle nada al rey-
-Pero tenemos que hacerlo; si no le pagamos impuestos al rey el mandará a sus hombres a golpearnos y a robar nuestro oro-
-Y esos hombres que dices que el rey posee ¿Saben ellos que están robando nuestro oro y que eso está prohibido por Dios?
-Ellos creén que el rey tiene el derecho de robarnos el oro-
-No es cierto, es demaciado estupido creer eso, y de ser así el mismo rey devería de venir a pedirnos el oro-
-El rey tambien les dá oro para que lo obedescan-
-¿Que pasa si lo desobedecen y ellos se quedan con el oro?
-El rey tiene más hombres y los manda a matar uno a uno-
Y Golda se quedó callado y se sentó a meditar un rato y pensó; El oro solo sirve para que el rey sea servido y obedecido sin tener que trabajar ¡El les ha engañado a todos!.
Golda se dispuso pues a caminar por todos lados y gritaba acompañado con un pandero
-¡El rey los ha engañado a todos!, dios no le concedió ningún derecho de robar nuestro oro, y el oro solo sirve para que el rey sea servido y obedecido sin tener que trabajar. Dios no quiere que idolatremos al rey, ¡el rey es maligno!.
Y aparecieron entonces cuarenta hombres del rey y corrieron a atrapar a Golda y al verlos Golda dió un brinco y subió a la sima de una montaña y luego dió otro brinco y así se fue brincando de montaña en montaña.