Grave es el problema de la
pregunta. El hombre existe con la pregunta, y la pregunta con el hombre. Ambos son
inseparables, sea una observación simplemente cognitiva o una pista de algo más
grande. Tal vez todo el misterio del universo, la incertidumbre en sí, fue creado
para el hombre y viceversa. Una brillante obra sistemática para que el creador
pueda mantener ocupada la duda, si es que realmente somos su reflejo.
Siendo así es comprensible que el hombre jamás habrá
saciado su curiosidad, pues el misterio crece con la complejidad de la
pregunta. Todo el esfuerzo, la metodología y la sed de conocimiento habrán sido
en vano.
Podría concluir prediciendo,
literalmente, que el universo es finito sólo cuando se deja de buscar el final. Entonces el hombre se vuelve independiente de Dios.
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