Golda

CAPITULO II
Con brincos titanicos Golda avanzó distancias que los hombres recorrían a lo largo de una vida; llegó pues a un extraño pueblo lleno de personas que ofrecían intenciones sumamente humildes, los vió cargando valdes de agua, pacas de paja enormes, canastos y alimentos con los hombros; vió niños, mujeres y ancianos cargando enmiendas inhumanas.
Se hacercó entonces a uno de los viejos cuando estaba este solo y le preguntó en aquella lengua divina
-¿Porque haces esto viejo hombre?, ¿No ves que tu espalda se daña y tus huesos se hacen deviles?-
El anciano se quedó pasmado un instante. Nunca en su vida había visto a un hombre blanco de rasgós tan finos y por su puesto, se asombró más por su tamaño, Golda era facilmente un metro y medio más alto, pero al cabo de meditarlo un rato y mientras su mente vagavundeaba entre creer que estaba viendo un espiritu o un producto de la locura, respondió
-Tengo que trabajar, si no lo hago no juntaré oro y no podré comprar comida
-Os juro que Dios no está complacido por tu pena, alguien de tu edad devería ser servido por sus hijos, sus nietos, sus bisnietos y tataranietos ¡Al menos cien hombres deverían cargar tus sacos por amor!
-Los dioses ya se habrán olvidado de mí, ¡todos son unos mal agradecidos!... y en cuanto a mi decendencia, mis hijos han muerto en la guerra contra los hunos y mis nietos fueron reclutados por el emperador... y respondedme, ¿De donde has sacado que estoy yo tan viejo para tener tataranietos?
-¿Todos los dioses decís?, ¿es que no sabe que solo existe uno?
-No sé de que hablas, todos aquí sabemos que hay por lo menos 20 dioses, cada uno respectivo a su deidad, y eso es, por su puesto, sin contar a sus hijos medio dioses.
-Estais loco viejo, yo he visto al unico Dios, y no sé que mentiras te han contados tus padres, pero te aseguro que la epoca de los medios dioses ha acabado ya desde hace más de catorce milenios.
-¿Como estás tan seguro?, además aún no me has dicho de donde vienes, o porque eres tan extraño, mira tus ojos son tan redondos como la luna, y tu altura, seguramente eres un espiritu loco que no encuentra la puerta a su mundo.
-Soy hijo de la creadora Pría-
De inmediato se le habrieron mucho los ojos al anciano, el escuchó Pría pero en su mente el nombre cambió, y como exactamente como funcionaba la magia que traducía las palabras de Golda, así se tradujo el nombre de la creadora y cambió a HU-TU la diosa de la tierra para aquel pueblo. De inmediato el viejo se tiro al suelo y empezó a orarle a Golda, entonces, asustado, Golda le tomó del brazo y lo levantó
-No me adores, yo no soy tu Dios, tu dios es Yahvé, el creador del bien y el maestro del Gran Orden, es a él a quien le deves la vida, todo lo que te han dicho tus padres, y tus abuelos sobre los dioses es mentira. Yahvé castigo a los otros creadores por traer Discordia al mundo, y con ellos se llevó a todos sus hijos, pero yo he sido bueno, y Yahvé me ha perdonado, adoradlo a él y a no a los falsos iconos.
-¿Como sabré si estoy adorando al Dios adecuado?
-Tu Dios, es el dios del bien y la vida del hombre; los seres humanos son impuros para decir su verdadero nombre, si bien orarás, "Ora al Dios del bien y la vida del hombre", a nadie más. Y ahora viejo permiteme cargar tu pesado costal.